La Logoterapia es la tercera escuela vienesa de la psicoterapia, después del psicoanálisis de Sigmund Freud y la psicología individual de Alfred Adler. Fue fundada por el neurólogo y psiquiatra Viktor Emil Frankl, quien estudió y aprendió de ambos antecesores, y por ello, integró elementos psicoanalíticos, filosóficos, médicos y científicos en su método.

“Logo” en griego significa sentido, y “terapia” significa tratamiento. La Logoterapia es la propuesta de “sanar a través del sentido”; da herramientas a la persona para descubrir su sentido de vida.

Frankl decía que el sentido se encuentra a través de los valores, y del aprendizaje de las situaciones que nos confrontan. Cuestionamos a la vida, cuando es ella la que nos cuestiona a nosotros, y nos debemos preguntar qué actitud debo de tomar.

El aspecto doloroso de la existencia es visto como oportunidad de crecimiento. Frankl lo concluye con su propia experiencia, cuando durante la Segunda Guerra Mundial fue deportado a los campos de concentración nazis y sobrevive el Holocausto.

Ahí es cuando desarrolla y comprueba su teoría, ya que no solamente pierde a sus padres y a su joven esposa embarazada, sino que también se vio sometido a infinidad de torturas y malos tratos. Aparentemente ya no tenía sentido, pero se dedicó a analizar a sus compañeros, ¿quiénes sobrevivían y quiénes no? ¿de qué dependía que se aferraran a la vida o que se dejaran morir. Su libro “El Hombre en Busca del Sentido”, nace de esta dolorosa, pero también triunfante vivencia.