La temporada navideña es un momento donde vacacionamos, descansamos, convivimos con amistades y la familia, pero también es un momento donde revivimos tradiciones, ya sean familiares o sociales. La palabra tradición viene del latín traditio que deriva del verbo tradare que significa transmitir o entregar, así pues, la tradición es lo que a través de las generaciones se da o se entrega.

 

Las tradiciones como una herencia de nuestro pasado pueden vivirse de distintas maneras, como parte de una sociedad de masas o como parte de una comunidad social o familiar. Por un lado, la masa se caracteriza por un pensar colectivista que busca una igualdad impersonal y que rechaza “la individualidad, pues esta sólo le causa molestias. Por ello, lucha contra las individualidades, las oprime, les roba su libertad” (Frankl, 1983: 51) concretamente en el aspecto de las tradiciones esta actitud de masa se refleja cuando la idea de que las experiencias y los conocimientos de nuevas generaciones no deben de contradecir el saber acumulado de las generaciones anteriores. Otra actitud que puede tomar el pensamiento de masa con respecto a las tradiciones es dejarse llevar por un pensamiento popular de rechazo acrítico a las mismas, pero “al rechazar indiscriminadamente la tradición, el hombre corre el peligro de desprenderse no sólo de sus aspectos superficiales, anacrónicos y objetables, sino asimismo de aquellas verdades que constituyen su esencia y cuya validez fue aprobada por el tiempo” (Frabry,1977: 155) Igualmente, otra consecuencia de una perdida acrítica de las tradiciones para Viktor Frankl es el que podamos llegar a experimentar una frustración existencial y si momificamos las tradiciones corremos el riesgo de renunciar a nosotros mismos y de no asumir nuestra responsabilidad.

Por otro lado, podemos vivir las tradiciones no como una masa que acepta o rechaza sin reflexión las tradiciones, sino como una comunidad que se caracteriza por el respeto a la individualidad y el crecimiento recíproco de lo que cada individualidad suma “La comunidad necesita de personalidades, como a la inversa toda personalidad necesita de la comunidad para poder realizarse en su marco, para ser persona” (Frankl, 1990: 236) Vivir las tradiciones como comunidad significa vivirlas de manera responsable, es decir reflexivamente y de manera viva modificando, adaptando las tradiciones e inclusive creando nuevas.

Para finalizar, sobre las tradiciones el filósofo Hegel nos recuerda que estas son una herencia que nosotros recibimos, pero no de manera pasiva, sino activa trabajando sobre ellas y construyendo sobre ellas. Concretamente nos dice que “La tradición no es una estatua inmóvil, sino una corriente viva, fluye como un poderoso río cuyo caudal va creciendo a medida que se aleja de su punto de origen (…) lo que cada generación crea (…) es una herencia acumulada por los esfuerzos de todo el mundo anterior; un santuario en el que todas las generaciones humanas han ido colgando con alegría y gratitud, cuanto les ha sido útil en la vida (…). Este heredar consiste a la vez en recibir la herencia y trabajarla” (Hegel, 1955: 9-10)

 

Referencias

 

Fabry, J., La búsqueda de dignificado, Fondo de Cultura Económica, México 1977

Frankl, V., La psicoterapia al alcance de todos, Ed. Herder, Barcelona 1983

Frankl, V., El Hombre Doliente, Ed. Herder, Barcelona 1990

Hegel, Historia de la filosofía, Fondo de Cultura Económica, México 1955